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Qué demonios significa bike-friendly, bueno vale el significado parece claro ¿no? Amigo de la bicicleta, sería una traducción literal casi. Este término lo habremos escuchado también castellanizado como BiciAmigable. El término bike-friendly se usaba para distinguir establecimientos que se distinguían por dar un trato preferente al usuario de bicicleta. Son iniciativas que desde hace algunos años han partido de colectivos ciclistas. En los últimos tiempos la consideración de bike-friendly ha pasado de ser para establecimientos a un concepto usado para definir núcleos urbanos. Así las cosas seguramente si nos ponemos a pensar en una ciudad bike-friendly a todos se nos vendrán a la cabeza Amsterdam. Y en España, ¿cómo vamos de urbes BiciAmigables?
Qué podría tener un establecimiento bike-friendly
Seguramente lo principal sería tener estacionamiento para la bicicleta. Algo en lo que no se piensa en las instituciones, sin ir más lejos en los Ayuntamientos. Centros Culturales, Colegios, y otras instalaciones municipales. Tienen una gran asignatura pendiente, disponer de un lugar donde estacionar la bicicleta. Por supuesto habrá honrosas excepciones, y os invitamos a indicarlas en los comentarios de esta entrada. Los estacionamientos para bicicletas son un reclamo para el uso de la misma, al igual que lo es el estacionamiento para vehículos. Si no hay posibilidad de aparcar, no te acercas con el coche, lo mismo sirve para la bicicleta.
¿Qué otras ventajas nos daría un establecimiento bike-friendly? Pues desde descuentos en los servicios ofertados a kits de reparación. Cobra vital importancia cuando decidimos hacer cicloturismo, hoteles y otros establecimientos que acojan a ciclistas con sus bicicletas. Tener claro qué negocios sí nos ponen las cosas fáciles, y en cuales no nos quieren ver ni en pintura. Existen incluso ya agencias de viajes dedicadas al cicloturismo, que eligen en su red establecimientos bike-friendly.
Nosotros no contamos, porque si EnBici no fuese un establecimiento bike-friendly, no tendríamos razón de ser, ¿no os parece?
Y las ciudades, ¿son amigas de la bicicleta?
Como decía Paco Martínez Soria, «La ciudad no es para mí». Algo así le pasa a la bicicleta, el desarrollo de las ciudades españolas no ha pensado en la bicicleta. Lo cierto es que tampoco ha pensado en el peatón, todo lo relacionado con movilidad se ha enfocado en el vehículo privado. Transporte colectivo y vehículo privado han sido los protagonistas de la movilidad en España. Es cierto que en los últimos tiempos hay ciudades que han cambiado esa lógica perversa. Ejemplos como Pontevedra que ha conseguido que desde el año 1999 el setenta por ciento de los desplazamientos se hagan a pie. Se habla muy poco de este ejemplo, claro que estamos ante una ciudad de algo más de sesenta mil habitantes. Ojo al dato, el medio de transporte elegido por los ciudadanos es en un 72% a pie o bicicleta, frente un 28% en vehículo. Los datos de siniestralidad, accidentes mortales han descendido desde que se apostó por un modelo con menos coches.
Es mejor una ciudad con bicicletas
Sin ninguna duda, cuantas más bicicletas existan en una ciudad mejor es ésta. Es evidente que la reducción de emisiones Co2 sería un de las primeras consecuencias de un mayor uso de la bicicleta. Un pequeño dato desde el año 2013 en España se venden más bicicletas que coches. En un primer momento un síntoma achacado a la crisis, pero ahora parece confirmarse esa tendencia. Es sencillo ver las bondades del uso de la bicicleta, tanto a nivel individual como colectivo. Pero quizás a la hora de vender su uso en las ciudades sea más pedagógico hablar de las consecuencias del abuso del coche. Los problemas que nos causa la ocupación de la ciudad por estas máquinas. Quizás contraponer ambas realidades sea el camino para cambiar la forma de pensar de los ciudadanos.
En el año 2015 la publicación del barómetro de la bicicleta, arrojaba unos datos rotundos. Uno de cada diez españoles usaba la bicicleta a diario, casi cuatro millones de usuarios al día. Casi veinte millones de españoles usaban la bicicleta con frecuencia. Más de veintidós millones tenían bicicleta y el 89,2% de los españoles saben montar en bicicleta. Más de treinta y cuatro millones de potenciales usuarios. Estos datos merecen la pena ser leídos con amplitud de miras. Carriles segregados, carriles 30, peatonalización de zonas del centro de las ciudades, itinerarios peatonales y ciclistas. Quizás y solo quizás, no sea una locura cambiar el modo de moverse por la ciudad.
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