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Empezamos el año hablando del sobreentrenamiento, y hemos seguido dando consejos e ideas para entrenar más y mejor. Ahora veremos la carretera y el monte llena de muchos de nosotros con nuestras bicis. Estamos a tope de power y lo aprovechamos todos los días que nos sea posible. Esto está genial, debemos seguir entrenando para nuestras metas. En los próximos fines de semana más de un reto tendrá lugar. Pero, es ahora en medio de la vorágine cuando debemos pensar en un gran aliado del entrenamiento. Y ese no es otro que el descanso activo, vamos a ello.
El descanso como parte del entrenamiento
A pesar de todo lo que se haya podido escribir, y lo que queda, sobre este asunto aún hay muchos que no se lo creen. Pues es cierto señores, el descanso es una parte fundamental del entrenamiento. Ojo no solo con los que somos amateur o populares, lo es también para los profesionales del deporte. Ningún cuerpo está preparado para aguantar y aguantar todo lo que se le eche. Todos necesitan procesos de recuperación, y el descanso es fundamental en todos ellos. Por eso es clave planificar los entrenamientos y pensar en los descansos. Días de descanso total y días de descanso activo. El descanso activo ayuda a la mejora física.
Quizás lo que la mayoría entiende por descanso es la actividad de dormir. Y es cierto que es el descanso por naturaleza. Pero no es la única forma de dar descanso a nuestro cuerpo. Dormir es método fabuloso de descanso. Nuestro cerebro se desconecta, no totalmente, pero alcanza su menor momento de actividad. EL descanso profundo cuando dormimos nos permite asimilar las cargas del entrenamiento. La verdadera asimilación del trabajo se consigue con periodos de descanso. Por eso deben ser planificados e incluidos en los distintos ciclos de entrenamiento.
Pero la margen de su planificación debemos escuchar a nuestro cuerpo. En ocasiones por las circunstancias nuestro sueño se altera. Tenemos una o algunas malas noches. Si después de esas noches teníamos planificada una carga intensa de trabajo, deberíamos optar por cambiar la misma. Una actividad más suave que no incida en el problema de la noche anterior. En la planificación del entreno se deben incluir días suaves entre medias de microciclos. E incluso una semana suave en el medio de los mesociclos. Esos días de bajar la intensidad serán a la postre días de gran asimilación del trabajo anterior. Además de preparar al cuerpo para lo que se nos viene encima.
Descanso activo, algo más que descanso
A la hora de afrontar el descanso lo podemos hacer en sus dos variantes. Con un descanso total, esto es eliminar del día toda la rutina deportiva. Hay quien se toma un día de descanso total y quien precisa por sus circunstancias de un periodo más largo de inactividad. Lo cierto es que esto es algo muy personal. La otra forma de descansar es la que nos ocupa hoy el descanso activo. Esto es seguir con nuestra rutina deportiva pero bajar el ritmo. Como siempre hacemos referencia al pulso cardíaco máximo, y para que lo consideremos descanso activo debemos estar por debajo del sesenta por ciento de éste.
El asunto es que no hay que decantarse por un tipo de descanso y dejar de lado el otro. Eso sería un gran error. El descanso total es bueno al menos una vez a la semana. La razón es evidente, nos pasa con todas nuestras actividades, desconectar es bueno. Así de sencillo, esa des-conexión debe ser mental y física. Yo apuesto por ella después de habernos exigido mucho. Como tenemos planificados esos hitos en los que nos quedamos derrengados, pues ya sabemos dónde meter el día de descanso total.
Los beneficios del descanso activo
El descanso activo es trabajo a una intensidad suave. Es casi una contradicción pero el ser humano está lleno de ellas, y entre nosotros eso es lo mejor. La intensidad del trabajo podría compararse con recibir un masaje. En cierto modo es una comparación bastante acertada. Al tratarse de una carga de intensidad baja, se produce un aumento del riego sanguíneo. Esto permite que exista una petición de sangre al corazón y que ésta llegue a todos nuestros músculos. Con ello favorecemos la eliminación de toxinas. Se aumenta el aporte de nutrientes a nuestros músculos. En suma estamos haciendo un proceso re-generativo que nos ayuda a recuperar sensaciones antes.
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