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La trasmisión de nuestra bicicleta es esencial para su buen funcionamiento. Con propiedad, la transmisión es el mecanismo clave mediante el cual nuestra energía es transmitida a la bicicleta para poder desplazarnos con mayor facilidad. Por lo tanto, recurrir a un taller de bicicletas para limpiarla se hace indispensable. Si la transmisión presenta algún defecto tendremos que hacer esfuerzos mayores e incluso podríamos sufrir alguna caída. Por esa razón, es una necesidad de primer orden que limpiemos con cierta frecuencia la transmisión de la bicicleta. Aquí te indicaremos todo lo que necesitas saber para poder limpiar la transmisión de la bicicleta tu mismo y dejarla como nueva.
¿Qué necesitas para limpiar la transmisión de la bicicleta?
Lo primero que debes tener claro son los materiales para realizar la limpieza. Al igual que con cualquier otro trabajo, lo mejor es contar desde el comienzo con todo aquello que vayas a necesitar, de modo que no pierdas tiempo después buscando las cosas por separado.
Para limpiar la transmisión de la bicicleta necesitarás:
- Trapos que no suelten pelusas o se deshilen.
- Cepillos grandes y pequeños
- Desengrasante
- Aceite para cadenas de bicicleta
- Grasa
- Agua caliente con jabón.
Una vez que tengas todos esos elementos estarás en condiciones de realizar una limpieza profunda.
Pasos para limpiar la transmisión de la bicicleta
1) Remover la suciedad de la cadena
La cadena es una parte importante para limpiar la transmisión de la bicicleta. Se recomienda que sea lo primero que limpies porque su suciedad puede afectar a las demás piezas de la transmisión en cualquier otro momento. Además, también es una de las partes que más acumulan polvo y suciedad.
Para limpiarla deberás utilizar los cepillos grandes y pequeños y el agua caliente jabonosa. Colocando la cadena en el piñón pequeño y en el plato más grande, de modo que esté lo suficientemente templada, deberás pasar el cepillo por la cadena tras mojarlo en el agua caliente.
De esta manera, la cadena irá desprendiendo toda la suciedad de forma progresiva. Este primer paso es esencial para que la limpieza de la transmisión sea integral y efectiva.
2) Limpiar bielas y desviadores
Posteriormente, deberás repetir el mismo procedimiento utilizado con la cadena para las bielas y los desviadores. En tales casos también deberás hacer uso del agua caliente y de los cepillos según las dimensiones de la bicicleta. La limpieza detallada de cada sección marcará la diferencia en el rendimiento de la bicicleta. Es precisamente en estas secciones de la transmisión donde más se acumula suciedad. Si logras removerla correctamente, tras limpiar la suciedad de la cadena, habrás hecho la mayor parte del trabajo.
El agua caliente y jabonosa ayudará enormemente a retirar y “ablandar” la grasa donde se encuentre más asentada. Hecho eso, la suciedad solidificada podrá ser retirada con relativa facilidad. Recuerda que prescindir de esta fase de limpieza, puede hacer que todo el trabajo anterior sea inútil.
Tanto las bielas como el desviador de la bicicleta debe ser limpiado de forma exhaustiva. Con la debida paciencia y las herramientas adecuadas esto será pan comido. También debes tener presente que esta tarea debe ser recurrente, si limpias con cierta constancia, el trabajo será un tanto más reducido.
3) Limpiar el piñón trasero
Ahora toca el turno del piñón trasero. En las bicicletas de montaña que siempre suelen llenarse de lodo y polvo, esta suele ser una de las secciones críticas y más difíciles de limpiar. Por esa misma razón debes limpiarla con suma atención y cuidado. Esta parte también es de gran importancia al momento de limpiar la transmisión de la bicicleta.
Con ayuda del cepillo grande podrás abarcar una buena parte de la superficie del piñón. También con el cepillo podrás extraer la mayor cantidad de suciedad posible que se encuentre en zonas intrincadas.
Nuevamente el agua caliente y jabonosa será tu aliada. Esta agua, bien caliente, será de mucha utilidad para remover toda clase de elementos que el simple paso del cepillo no pueda alcanzar. Por esa razón, la mezcla de los cepillos con el agua se considera de amplio alcance.
4) Enjuagar y secar
No debes dejar que el jabón se quede pegado. Tal error sería fatal para la cadena. Para ello debes retirar todo el jabón de las piezas lustradas mediante agua limpia, bien sea a través de un embudo o mediante una manguera (siempre y cuando no sea a presión). Con abundante agua debes ir removiendo y aclarando todas las zonas enjabonadas. Paralelamente también deberás ir secando con los trapos todas las secciones, asegurándote de remover toda la humedad posible de las piezas.
De igual forma, permitir que el agua persista en las piezas puede ocasionar que en las mismas se conformen pequeñas partes de óxido que, a la larga, terminen por debilitar y arruinar todas las piezas que constituyen la transmisión. Asegúrate también de que ninguno de los trapos utilizados desprenda desperdicios tales como hilos sueltos o pelusas. Estos pueden incrustarse en zonas de la cadena, bielas o piñones y convertirse en un verdadero dolor de cabeza.
5) Quitar la grasa de la cadena
Después de que todo esté bien seco, debes quitar la grasa de la cadena. Eso es relativamente sencillo, pero deberás utilizar un buen líquido desengrasante, que también puede encontrase en forma de spray. Puedes aplicar dicho spray en el punto en el cual la cadena choca con la rulina de cambio.
Repetir esa estrategia en los puntos donde la cadena toque con la rulina o con los piñones te permitirá eliminar cualquier resto de grasa sólida que halla pasado desapercibido. Esto te permitirá obtener una trasmisión impecable, ajena de todo rasgo de suciedad.
6) Engrasar la transmisión y los cables
Después de todo este proceso tan solo deberás engrasar de nuevo los cables y la transmisión en general. Para lo primero debes separar un poco las fundas y aplicar grasa a través de los cables de los desviadores. Para engrasar la transmisión en general debes hacer lo siguiente: Aplicar aceite especial para cadena en la rulina del cambio, el desviador delantero y la propia cadena. Debes procurar no echar más aceite de la cuenta y evitar que caiga en el suelo. Asimismo, también debes girar la cadena por cada piñón que posea tu bicicleta para que todas las partes de la transmisión terminen correctamente aceitadas.
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